Falso Mito 1:
“Todos los bipolares se columpian constantemente y sin remedio entre la manía y la depresión”.
Por supuesto, también hay bipolares que pasan días, semanas e incluso meses sin padecer ningún síntoma. A veces esta situación de “paz” emocional (llamada Eutimia), se debe a una medicación correcta, a un ambiente estable o a un grupo de apoyo eficiente… pero otras simplemente ocurre, hablando claro, de forma espontánea.
Falso Mito 2:
“El Trastorno Bipolar sólo afecta al estado de ánimo”.
¿Qué? ¿Cómo? ¡Falso, falso y más que falso! Aunque parezca mentira a estas alturas del siglo XXI, todavía muchas personas consideran a los bipolares “deprimidos”, “inestables” o incluso los tildan de “paranoicos”. Pero el Trastorno Bipolar no es estar siempre triste, ni tampoco es una manera “distinta” de sentirse, ni por supuesto es una mera pataleta emocional. Los bipolares sufren una enfermedad con consecuencias que, sin tratamiento adecuado, pueden ser terribles para el paciente y para las personas de su entorno.
Falso Mito 3:
“Un bipolar diagnosticado no puede mejorar porque no se ha descubierto ninguna cura fiable, ni puede llevar una vida normal.”
¡Es completamente falso! Y lo peor de todo es que esto mismo es lo que suelen espetar las personas más ignorantes en la materia del mundo. Pero en el fondo no es sólo culpa de ellos, sino también de los propios afectados que en no pocas ocasiones exteriorizan su sentimiento de estigma.
No es mi intención engañar a nadie. Vivir y afrontar el trastorno bipolar no es fácil, pero con el tratamiento correcto, las técnicas adecuadas para manejar los síntomas y un sistema de apoyo bien diseñado se puede alcanzar una vida plena y FELIZ. Es un hecho, una realidad y una esperanza que nunca nadie le debería quitar a un bipolar.
Falso Mito 4:
“Además de la medicación no hay nada en el mundo que se pueda hacer para controlar un Trastorno Bipolar.“
¡Falso, falso, falso!
Sí, la medicación es el cimiento irrenunciable para el tratamiento efectivo del Trastorno Bipolar, pero se ha demostrado una y otra vez que sin aliados más mundanos, su índice de éxito es mucho menor. La terapia emocional y las técnicas de autoayuda juegan un papel esencial para la vida de un bipolar.
Se puede aprender a controlar la aparición de síntomas, a “verlos venir” antes de que ocurran. Dormir bien, comer sano y evitar el estrés son sólo tres hábitos que por sí solos pueden marcar la diferencia entre un bipolar estable y uno que sufre.
(texto tomado de TRASTORNO BIPOLAR AL DESCUBIERTO on 19 ABRIL, 2011http://trastornobipolarweb.com/ )